14.1.10

Días de enero

Está bien, lo admito: te extraño.

¿Está mal?

Odio no tener con quién llenar ese vacío, o al menos alguien que valga la pena que me haga un mimo.

Odio que vos sí.

Amo estar sin vos, pero odio que seas felíz.

¿Me angustio por esto o por que no dejo de azotarme con el qué dirán?

Creo que envidio tu capacidad de cambio.

Argh. Creo que voy a mentalizarme, si el destino no quiso que mi próximo príncipe azul cruce el pallier a pedirme azúcar será por algo. Y yo no soy quién para juzgarlo, pero QUE PAJA, no?

Pero es que ese es el kit de la question. Y Dios le da pan al que no tiene dientes, claramente.

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